El colegio online en situaciones de contingencia: Interrogantes
¿Qué pasa con la enseñanza en cuarentena?
30/03/2020
Ante la extensión de la cuarentena por el avance del coronavirus y la urgencia de profundizar la vigencia de las clases de forma virtual, los colegios y sus directivos ponen a prueba sus habilidades de reconfiguración y se ven permanentemente desafiados. Este nuevo escenario incierto plantea la necesidad de ser lo suficientemente flexibles y adaptables a la nueva coyuntura en donde la organización institucional hoy se pone en un primer plano.
Si bien es sabido que los docentes siempre continúan con trabajo de forma remota desde sus hogares por cuestiones de planificación y corrección de trabajos y evaluaciones, la obligación del aislamiento y la consecuente suspensión de las clases presenciales empujó a las instituciones educativas a conectarse de otro modo y a enriquecer las experiencias de enseñanza aprendizaje de otras formas, más interactivas y hasta posiblemente más creativas para suplir lo que acontece en el contexto áulico presencial. La situación de contingencia llevó a los colegios a improvisar, a producir desde otro lugar y adoptar formatos inimaginables hace tan sólo un mes. Los colegios pusieron a prueba sus propios límites, el de las instalaciones físicas y el del contacto cotidiano cara a cara.
Todo este escenario de contingencia no sólo pone en tela de juicio al personal jerárquico y al colegio que conduce sino también su poder de resolución y la gestión de su institución. Es un momento de quiebre en el que tambalean los tableros de lo establecido.
Gracias a la tecnología y la diversidad de herramientas para trabajar online, tanto gratuitas como pagas, los colegios han podido instalar de una u otra manera el home schooling. Esta situación derivó en una aceleración de la transformación digital de las instituciones educativas y la consecuente alfabetización digital de muchas personas que si no hubieran sido acorraladas por el contexto muy difícilmente se hubieran aproximado a este tipo de herramientas.
También no hay que dejar de lado que la inserción del home schooling en los hogares, tanto para los docentes que son padres como para las familias que también hacen home office, no es tarea sencilla. Hoy los hogares viven con una tensión constante entre las obligaciones laborales y el cuidado de sus hijos.
En este contexto surgen algunos interrogantes al interior de las instituciones educativas que pueden haberse perdido de vista por la urgencia de resolver en un panorama de crisis:
¿La tecnología per se sirve para llevar adelante este momento? Más allá de las herramientas que brinda la tecnología y la expansión de oportunidades que provee, ¿hay que tomar algún tipo de recaudo en lo que refiere a privacidad y seguridad? ¿Se ha logrado establecer un canal de comunicación fluido y efectivamente institucional?