Consejos para dirigir un colegio

Aquí te compartimos algunas claves para tener en cuenta en el rol de conducción según Basaldúa

Dirigir un colegio es una gran responsabilidad. Muchas veces, los que llegan a esta función son docentes de gran trayectoria educativa pero poca experiencia en tareas de conducción. Con el objetivo de hacer más sencillo el desafío de llevar adelante una institución, Jorge Luis Basaldúa, ingeniero industrial y especialista en gestión estratégica, reunió su experiencia asesorando colegios en el libro Gestión estratégica. Claves para directivos de instituciones educativas.

Para que la gestión de una institución resulte exitosa, Basaldúa considera que los directivos deben definir y tener en mente cuatro aspectos.

  • MISIÓN: vocación existencial del colegio.
  • VISIÓN: lugar donde vemos proyectado el colegio en el futuro.
  • ESTRATEGIA: elegir los objetivos que deseamos conseguir y coordinar los planes para lograrlo.
  • MARCA: opinión que los demás tienen de la institución. Tiene que ir mejorando con el tiempo gracias a la buena gestión.

Además de resaltar la importancia de estos cuatro pilares, el especialista propone algunas claves para organizar mejor la gestión de un colegio.

1- Pasión + Gestión

Dirigir un colegio consiste en sumar la pasión por crear una comunidad educativa de calidad a la capacidad de gestión de esa comunidad. La pasión por una idea es el móvil principal para comenzar un proyecto. Pero a eso debe sumarse la capacidad de organizar y gestionar los aspectos materiales para que esa idea original pueda concretarse en una institución educativa que pueda crecer y mantenerse a lo largo del tiempo. “Cuando hay pasión –plantea el autor– los obstáculos no son un problema sin solución. Los fracasos no son un descalabro, sino que se los vive como una experiencia que aporta madurez a la institución”.

2- Director con visión VS Director Clásico

Hay, a grandes rasgos, dos modos de gestionar un colegio. Un director clásico se dedica a administrar lo mejor posible lo que ya existe, con una mentalidad de conservación. Es decir, piensa qué es posible alcanzar en función de los recursos disponibles. En cambio, un director con visión, piensa qué recursos necesita en función de lo que quiere alcanzar. Es un director emprendedor, que fija sus metas y elabora estrategias para conseguirlas. “Sin un sueño o proyecto ambicioso, no hay futuro”, plantea el especialista.

3- Equilibrio: la identidad del colegio y la predisposición al cambio

No es fácil distinguir las normas y tradiciones que componen la identidad del colegio de las que sí se pueden cambiar sin alterar la misión de la institución. Lo complicado es encontrar el equilibrio entre la fidelidad a la historia del colegio y la necesidad de convivir con los valores de hoy en día. Frente a una sociedad cambiante, con nuevos hábitos de aprendizaje, nuevas ideas sobre la familia, nuevas inquietudes por parte de los estudiantes, el director debe preguntarse ¿Qué debemos conservar y qué conviene cambiar? Por ejemplo: ¿En qué momentos podemos permitir la tecnología en el aula y en qué momentos no? El colegio es una comunidad de personas que cambia día a día y por eso es necesario ir adaptando continuamente la estrategia de desarrollo de la escuela.

4- Conducción + Libertad

Como sucede en la mayoría de las organizaciones humanas, en los colegios es necesario que exista una persona que centralice la conducción. Pero cuanto mayor libertad se de a la iniciativa personal y cuanto mejor comunicación exista con los demás miembros de la comunidad, mejores serán los resultados. “Cuando las personas se sienten responsables y partícipes en el proyecto educativo multiplican su aporte”, propone Basaldúa en su libro.

5- Coeducación

La educación es un trabajo conjunto del colegio y las familias. Es una tarea en equipo y por eso es importante que haya comunicación entre las dos esferas, para evitar estrategias educativas contrapuestas que puedan generar desconcierto en los niños. Cuando los directivos no tienen en cuenta que la educación es un trabajo en conjunto, el colegio no funciona. Y cuando los padres creen que los responsables de la educación de sus hijos se encuentran únicamente en la institución, los niños no progresan.