El amor en tiempos de pandemia

Las profesionales, Federica González Leiro y Daniela Mendez, nos dan su perspectiva sobre la vuelta a la escuela en pandemia.

Aperturas de comercios no esenciales.

Aperturas de resto y bares en espacios abiertos.

Aperturas de las instituciones educativas, sin duda nada nos genera más duda e incertidumbre de cómo pensar la vuelta a clases en este contexto en pandemia.

Como sabemos esta situación actual que nos atraviesa es inédita y nueva para todos. Como profesionales de la salud pensamos corrernos un poco de la teoría y del lugar del saber para consultar fuentes confiables de cómo vivencian esta vuelta o posible vuelta a clases. Sin duda alguna, recurrimos a conversar con docentes y directivos de distintos niveles educativos, así como familias de pacientes.

La pregunta disparadora y que invita a la reflexión para generar un debate es: ¿Cuáles son tus dudas e incertidumbres en relación a la vuelta a clases en pandemia? Entendemos que nuestras rutinas, comportamientos cotidianos, aprendizajes se vieron modificados ante la aparición del COVID-19. 

La mayoría coincidió en que como principal preocupación está la salud del personal de la escuela y los\as alumnos/as (comunidad educativa), la responsabilidad docente,  las adecuaciones de los contenidos pedagógicos, la continuidad pedagógica,  el estrés laboral, entre otros. Pero el que consideramos sumamente interesante destacar para repensar es “(...) la preocupación por el vínculo afectivo docente - alumnos ante la ausencia de un abrazo o de un beso (...)”. Fueron varios docentes que refirieron: “¿Cómo frenar a un niño que me viene abrazar?” ;“Mis miedos tienen que ver con cómo dejar de compartir el cariño con los alumnos que siempre me abrazaban”. Nos parecieron muy  movilizantes las palabras de una directora del nivel inicial: “Mi incertidumbre es cómo vamos a mantener un vínculo afectivo con distanciamiento, me parece imposible estar con los nenes alejada, no me lo imagino”. A lo que agregó: “¿Cómo pensamos el juego con el otro y construcción colectiva desde el distanciamiento físico?” 

Ante esto nos preguntamos, ¿es posible transmitir amor, construir una relación afectiva más allá del distanciamiento físico? ¿Hay otras maneras de demostrar afecto más allá de los abrazos y besos de los docentes? ¿Cómo impacta la vuelta a clases a los chicos? ¿Cómo los podemos acompañar? 

Respondiendo a estas preguntas e invitando a la calma y tranquilidad, debemos pensar que los más pequeños suelen tener una gran flexibilidad y capacidad de adaptación a lo nuevo. Ellos lograrán aprender sobre las medidas de higiene, el distanciamiento y uso del barbijo, y para qué son aplicadas estas medidas, entendiéndolas como una forma de amor y cuidado por el otro. Demuestran resiliencia ante los obstáculos que se nos presentan, y logran adaptarse a situaciones nuevas.

En relación a como acompañar  a los adultos, es importante pensar en el autocuidado. Es decir, de corrernos del lugar de superpoderosos e identificar a nuestras emociones, dar lugar a las mismas para detectar señales de estrés que puede generar el retorno a clases.  Con respecto a los docentes, dar importancia al trabajo en equipo, apoyándonos y acompañándonos unos a los otros. Se deben disminuir las exigencias hacia las personas como también las autoexigencias que podemos adjudicarnos.

Debemos seguir reinventándonos y comprendiendo que también hay otras formas de manifestar el amor. Por ejemplo, a través de la palabra, de la ternura o saludándonos codo con codo.  Hay que comprender que si no te abrazo te cuido, que si uso barbijo y no te beso es para cuidarte, y que hoy el cuidado es sin duda un gran demostración de afecto y amor. 

Finalmente le transmitimos la pregunta mencionada anteriormente a un amigo de Barcelona, que vive y trabaja como docente en una escuela de Girona. A lo que respondió según su experiencia: “Todas estas dudas que planteás también se plantearon acá al inicio, y luego todo es más fácil de lo que parece el uso de la mascarilla (barbijo) es obligatorio desde los 6 años y docentes. Las dos primeras semanas te quedas sin voz, luego te acostumbrás a respirar con ellos no hay problema, los alumnos también se acostumbran desde el primer día, el lavado de manos son rutinas que  en una semana los alumnos las adquieren y no hay dificultad con ello”. 

A partir de cada experiencia compartida por diferentes profesionales y familias, comprendemos que no es un camino fácil y que estará formado por obstáculos. Pero juntos con compromiso, responsabilidad, solidaridad y amor lograremos atravesar este nuevo desafío.

A modo de despedida, nos gustaría cerrar con la siguiente frase de Gabriel García Márquez: “El amor se hace más grande y noble en la calamidad”


Federica González Leiro 

Lic. y Prof. en psicopedagogía. 

Matrícula: 188354


Daniela Mendez 

Lic. y Prof. en psicología

MP 83325